El Dr. Taibi Kahler observó que
el drama de muchas personas se originaba en un tipo de creencias positivas en apariencia pero que en la práctica eran realmente limitantes. Las llamó Impulsores (Drivers) porque son como una
especie de mandato que obliga a la persona a actuar para obedecerlas. Lo irónico
de esos mandatos es que, simplemente, son imposibles de obedecer, con lo
que también impulsan a la persona a hundirse en un circuito de culpa y
frustración que limita su verdadero desarrollo.
Hoy voy a centrarme en uno de
estos impulsores: Disfruta. Determinadas
corrientes se centran en bombardearnos con mensajes tales como: La vida es para disfrutarla, no para sufrir;
Si algo te hace sufrir, apártate; La vida sólo tiene sentido si te lo pasas
bien… Si interiorizamos estas creencias, nos impiden afrontar con madurez las dificultades de la vida, mirarla con
agradecimiento y optimismo y experimentar la alegría de hacer algo por los demás.
Se podría decir que la felicidad no es el resultado de
la ausencia de dificultades, sino de la superación de las mismas y, por nuestra
propia naturaleza, nos hace humanos reírnos con lo alegre y llorar con lo
triste. Disfrutar en nuestro día a día, bien con lo que nos acontece en nuestra
rutina, bien persiguiendo nuestros sueños, etc. es algo a lo que todos podemos
aspirar, sin embargo, debemos ser conscientes de que los contratiempos que aparezcan forman
parte también de ese día a día y su aceptación nos hará más felices.
Como diría Marco Aurelio :"El que quiere únicamente felicidades en la
vida, es como el ojo que sólo busca lo verde, o el diente que quiere cosas
tiernas y delicadas.
Mª José Chacón Aguilar
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