El Dar y el Tomar hace referencia a algo tan antiguo como la propia vida, a la necesidad de relacionarnos socialmente y de cómo, en ocasiones, nos comportamos teniendo muy presentes cuales son nuestras necesidades y olvidando las necesidades de los demás. Esta actitud poco empática donde el ego lidera nuestras acciones provoca desequilibrios entre lo que damos y lo que pedimos, entre lo que estamos dispuestos a recibir y lo que nos ofrecen, desequilibrios que terminarán en reproches, y si no los resolvemos, quedarán dentro de nosotros trabajando en silencio y generando grandes resentimientos.
Seguro que a todos nos viene a la cabeza multitud de situaciones donde hemos detectado desequilibrios entre lo que hemos dado y lo que hemos recibido, puede ser un problema de expectativas (nosotros nos las creamos sin que haya una base real que de pié a ello) o bien puede ser un problema de manipulación (es el otro el que nos ha prometido algo -que nunca llegará- con la voluntad de obtener una ganancia) en cualquier caso, es nuestra responsabilidad dilucidar que parte del conflicto interno que nos crea una relación está originado en nuestras propias fantasías y qué parte "nos han vendido" para recibir algo a cambio. En el primer caso, es evidente que debemos medir lo que damos pues puede que esa persona ni si quiera esté interesada en recibir lo que ofrecemos, en el segundo lugar la consecuencia es la misma, medir qué nos están pidiendo, a cambio de qué y valorar si estamos dispuestos o no.
En ambos casos llegamos a la misma conclusión, si sientes que alguna relación social y/o personal está desequilibrada, ya puedes analizar que está pasando: quién da más?, qué pide o pides a cambio?, qué ofreces o te ofrecen?, lo quieres? y equilibrarla, de lo contrario, la relación terminará deteriorándose y generando resentimientos no resueltos que pueden acabar con relaciones de pareja, amistad, familiares, etc.
Una relación sana se establece cuando las dos personas que la conforman están dispuestos a comprometerse, a aportar y a dejar que el otro aporte, y en esa medida se va creando un vínculo enriquecedor para los dos individuos, asumiendo la responsabilidad de involucrarse y permitir que el otro se involucre. Otra reflexión que podemos sacar de esta idea, es que "no esperar nada a cambio", sólo plantea la importancia de no tener expectativas, para así poder abrirnos a recibir lo que el otro tiene para dar, y no lo que nosotros queremos que el otro aporte. Igualmente, es insano dar y no aceptar lo que otro quiere darnos como compensación a lo que han recibido de nosotros, a través del agradecimiento, de una sonrisa, de un presente... pues impedimos que la relación se equilibre y dejaríamos a la persona en deuda con nosotros.
Bert Hellinger en su libro "Ordenes del Amor" trata este tema desde un enfoque sistémico y apunta que el grado de felicidad en una relación depende del dar y el tomar. Así cuantos más intercambios se tengan más feliz será la relación, aunque esto tiene un peligro: el vínculo que se crea. El que no quiera crear vínculos tan solo puede dar y recibir poco para que no exista ese compromiso en la relación.
Elvira Pérez Rueda
Descubriendo lo profundo de las personas
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